нerмano?

Era un día cualquiera, en un sitio cualquiera, rodeado de gente cualquiera. Estaba soleado, y las dulces mariposas volaban libremente por el campo. Yo estaba con mi hermano Marcos recogiendo los cuadernos de verano que estaban encima de la hierba. Nuestra madre estaba trabajando y nuestro padre habia muerto en la guerra cuando mi germano tenia apenas 2 años y yo aun no había cumplido el año.

No teníamos el que hacer en casa, así que dejamos los cuadernos y fuimos a dar una vuelta por el campo. Cada vez nos adentrabamos más y más sin darnos cuenta, hablando se nos pasaba muy rápido el tiempo, tan rápido que, al cabo de 3 horas, nos dimos cuenta de que nos habiamos perdido, demasiados caminos. Avistamos una casa a lo lejos. Nos acercamos a ver si alguien la habitaba. Nos pareció ver una habitacion con la luz abierta, nuestros animos aumentaron de golpe.

-Si nuestra madre se enterase de que estamos adentrados en el campo nos matará literalmente!-comenté

-No te preocupes Kirsten - me quiso calmar - seguro que ese alguien que esta en la casa nos ayudara a encontrar el pueblo.

-Eso espero, no quisiera pasar la noche aqui, se me ponen los pelos de punta solo al ver un bosque a oscuras en la foto que tienes puesta de fondo de pantalla en tu ordenador, solo pensar en los sonidos esos...

De repente se pudo oir una rama romperse. Grité, y me reí junto a mi hermano.

-jajaja, solo fue una rama - me dijo riendo.

-ya, pero esque esta todo tan silencioso... me asusté sólo eso, jeje

En el camino no nos paramos de reir, pensando en la rama y en mi grito de horrorizada. Mi hermano se reía de mi imitando mi grito y yo le ponia mala cara para que parase, pero parecía que aún se reía más con mis posturas.

Sólo nos fataban unos pocos metros para llegar a la puerta. La casa era vieja y con esas gárgolas que vigilaban a los intrusos cuando se querian colar, aunque yo no crea en esas cosas, me dio un escalofrío al verlas. Tan quietas, tan oscuras... Justo cuando solo nos falaba un metro para llamar a la puerta, nos abrieron.

-nos abran visto por la ventana - me dijo Marcos

-supongo... pero ¿no hay nadie detrás? - eso sí que me dio un escalofrío enorme - HOLA?

-HOLA? - repitió Marcos chillando.

Entramos. La casa era tan grande como por fuera, al igual que vieja. Las paredes eran viejas, y el papel se estaba despegando de la pared. Estaba todo lleno de velas. Me pareció ver a alguien dentro de la oscuridad.

-HOLA? - repetí - solo veníamos porqué nos habíamos perdido y queríamos llamar.

-Suele pasar por aquí - dijo una voz

-Entonces.. nos deja llamar por favor? - le pidió mi hermano.

-Acompañenme por favor. - Dijo el hombre - Siéntense cómodamente aqui, voy a llamar al amo de la casa.

-deberá ser el mayordomo - susurré a Marcos

-quizás, pero que estraño es esto, esta mansión no me suena para nada, ni siquiera he oído hablar de ella.

Vino un hombre mayor, de aproximadamente unos 70 años.

-Perdone - le dije - nos hemos perdido por el bosque.

-ya me lo ha dicho Hill, mi mayordomo - dijo su voz ya embejecida - porque no te quedas esta noche aquí? ya hace frío y el pueblo mas cercano esta a 3 horas lejos, que debe de ser de donde eres, verdad?

-Si, creo, vivimos en el pueblo St.Grund. - le dije - pero nuestra madre nos estara esperando.

-vivimos? Ah, tu madre y tu, supongo, ahora es tarde, el bosque esta muy oscuro y hay peligro fuera de aquí, cual es tu nombre?

-Kirsten - le dije - y él Marcos.

-Marcos? Quién es Marcos?

-Él - lo señalé - mi hermano.

-Si ahí no hay nadie...

-No estoy para bromas señor, estoy muy cansada, podemos ir a dormir?

-Muy bien, sigueme, te enseñaré tu habitacion. - nos dijo hill.

Nuestra habitación era grande, nada comparado con las habitaciones del pueblo. Nos fuimos a dormir, estábamos cansados. Nos dimos cuenta de que la luz abierta era en la habitación en que estábamos. Me dormí rápido. A media noche me desperté por el frío, la ventana se habia abierto por el viento. Vi que Marcos no estaba en su cama.

-MARCOS? - grité - el viejo se despertó y fue hacia mi - que haces levantada a estas horas, Kirsten?

-estoy buscando a Marcos, no lo encuentro.

-Marcos? otra vez con Marcos?

-Como que otra vez? pero si.. vine con él..

-Mira Kirsten, viniste sola, con nadie más...

-¿Eh? claro que vine con alguien más!! mi hermano!!

-Si tan segura estás... bueno te ayudaré a buscarlo...

Pasaron los minutos y nada, no lo veiamos. Me sorprendió que todo el rato solo se dirigiesen a mi, pero ¡mi hermano estaba allí!¡Yo lo estaba viendo!

-Oie - Me dijo - no crees que deberíamos ir a descansar? ya ves que tu hermano no está.

-Pero.. si estuvo conmigo todo el rato!

-No habia nadie! estabas sola !

Sus palabras me dolian, yo lo veia, y en carne y hueso, lo podia tocar. Me fui a dormir.

-Kirsten, - oí - despierta ya es la hora de irnos.

-Marcos? - dije medio dormida - ¿Dónde fuiste ayer?

no hubo respuesta, lo habría soñado. Mi mente se puso a trabajar, porque no veian a Marcos? Vi al viejo hablando con hill.

-Bien, Kirsten se cree que no ve a su hermano... - dijo el viejo - ¿Dónde está?

-Lo emparedé en las mazmorras, como los otros..

¿ Emparedar? ¿Otros? ¡Oh, no! Tenia que ir a por él. Teníamos que salir de allí como fuera! vi una puerta vieja, como todas las otras, pero tenia toda la pinta de ser la de las mazmorras. Intenté no hacer ruido, y lo conseguí. Bajé por las escaleras de detrás de la puerta, y, en efectivo, era la de las mazmorras. Allí olia muy mal, mas que mal, mejor dicho, ¡fatal! Las mazmorras eran gigantes. Oí una voz, debía de ser mi hermano, no andaba muy lejos. Anduve unos metros, y vi algo horrible, habian unos niños torturados, llenos de sangre de ellos mismos... habia una pared reciente, estaba temblando, intenté romper la pared, pero ya estaba dura.. Vi una pala un poco más adelante, fui a buscarla y volvi a la pared.

-Marcos? estas ahí?

-Si, ayudame, no puedo salir.

Di con todas mis fuerzas en la pared y se partieron los tochos. Allí estaba mi hermano, asfixiado. ¿Cómo lo oí? Estaba muerto. Salí de allí como pude, llorando por dentro para que no me oieran. Salí al comedor, y allí estaban el viejo y Hill, hablando. Corrí hasta la puerta, pero me vieron. Hill corria detrás de mi. Me caí, me levanté y seguí corriendo.

-Entonces, nos llevarás hasta la casa? - me dijo el inspector.

Regina.