la nιña ѕιn roѕтro (nυeva aparιcιon en verano de 2010) (verιdιco al 100%)

Como bien dice el titulo, tuve una nueva aparición de la nombrada anteriormente "niña sin rostro"(si no has leído el articulo haz clic aquí).

Este pasado verano (2010) fui con unos amigos a pasar la noche al lado del Hospital del Tórax. Pensamos en hacer una acampada en el lago pequeño, un lago que hay detrás de este Hospital dónde se han llegado a tirar desde motos hasta cadáveres, pero al final nos quedamos en un prado poco antes de llegar al lago. A medida que pasaba la noche las risas crecían y la oscuridad también, aunque una luna llena iluminaba la zona perfectamente. El hospital estaba al alcance de la vista y sus viejas ventanas reflejaban una oscuridad tan terrorífica que podía notar como mi cuerpo se erizaba como si me hubieran tirado un cubo de agua helada encima.

Alrededor de las 2 de la mañana estaba rodeada de gente alegre, demasiado alegre, con sus botellas de vodka entre otras, aunque a mi particularmente no me van las borracheras había bebido un poco antes de las 12, y si aplicamos la lógica, la bebida hacia media hora que la había meado, así que las tonterías que decían mis amigos no las entendía mucho, aunque me hacía gracia como se comportaban algunos. Al cabo de un rato de risas me agoté de oír tonterías y decidí adentrarme en el bosque, no sé el por qué, pero me apetecía estar bajo las sombras de los arboles reflejando oscuridad y poder llegar al lago, nuestro primer destino.

Cuando llegue a la entrada del bosque, noté un familiar y espeluznante sentimiento, había algo ahí y no me gustaba nada. Me fui corriendo hacía donde estaban mis amigos y me miraron sorprendidos, aunque solo una chica, a la cual acababa de conocer ese día, se indignó en preguntar un curioso "¿porqué corres?". Le conté que había algo en la entrada al bosque que me atraía y a la vez me prohibía el paso, y ella se ofreció en ir conmigo hacía ese sitio. La entrada estaba tan o más oscura que las ventanas del hospital, sin embargo, no debería ser así, ya que la luz de la Luna tendría que estar reflejando esa zona.

- Sí, hay algo - me dijo mi amiga. - es ella.

- ¿Ella? - pregunté - ¿Quién es para ti "ella"?

- La niña de blanco.

- ¿La que va descalza?¿La del pelo negro largo?¿La del vestido blanco sucio?

- Así es. Veo que ya la conoces.

Mis lagrimas rozaban mi cara, y no por la conversación, sino por una extraña opresión en la cabeza que me inspiraba a entrar en el bosque.

- Debo ir, necesita ayuda. - repetía con sollozos.

- No vayas, dile que marche, dile que marche, no te voy a dejar ir, créeme, no vayas... - me decía.

Yo no es que sea una chica de lloro fácil, sin embargo ese día lloraba a lágrima viva. La sentía dentro de mí, me proporcionaba la respuesta a mi pregunta "¿Quién es esa niña y qué quiere de mí?".

Al cabo de unos 20 minutos, mi cabeza descansó de la fuerza que la oprimía y un destello iluminó la entrada del bosque, se veía su interior. Dejé de llorar. Dejé de temblar. Dejé de repetir "necesita ayuda". Todo volvió a la normalidad. Esa noche esa chica y yo teníamos mucho de lo que hablar.

Cada vez siento a esa niña más cerca, noto su mirada clavándose en mi nuca, su aliento de ayuda. Reconozco su presencia, sin embargo, no su cara.

Regina.